10 de junio de 1971, el “Halconazo”. Se le llama así porque un grupo paramilitar reprimió de manera violenta una marcha estudiantil. Los llamaban los Halcones, quienes con palos y varas de bambú atacaron a los jóvenes estudiantes cuando apenas habían avanzado dos cuadras. Los estudiantes de las dos universidades más grandes del país el IPN y la UNAM, salieron a marchar en apoyo a los estudiantes de la Universidad Autónoma de Nuevo León, pero también autonomía de todas las universidades y más presupuesto para la educación. Los Halcones usaron armas de fuego, pistolas y rifles. La cifra oficial de muertos es de 120, pero los sobrevivientes quienes marchan cada año hablan de 200 asesinados. El Comité del 68, año que ocurrió otra masacre en Tlatelolco dicen que el 10 de junio, no solo honra a las víctimas, se recuerda también que no deben existir los abusos de las fuerzas de orden.
La impunidad es una palabra que se escucha durante todas las marchas. Los sobrevivientes de la marcha trágica del 10 de junio de 1971 y de la matanza de Tlatelolco en 1968, dicen que no hay detenidos y que por eso la lucha sigue.
Los manifestantes salieron del mismo punto en que lo hicieron los estudiantes en 1971. De la estación de metro Normal, y llegaron hasta el Zócalo capitalino en medio de una intensa lluvia pero que no mermó el número de participantes ni el entusiasmo. La marcha transcurrió en paz, sin presencia policiaca, ni grupos desestabilizadores.
Esta marcha del 10 de junio no ha sido una de las más numerosas de los últimos años, sin embargo, los manifestantes dicen que es necesario seguirlas haciendo para que gobiernos futuros respeten los derechos civiles en este país.
Arturo Calvillo, Ciudad de México
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