Se trató de Valeria y Óscar Martínez que dejaron en abril pasado su país natal El Salvador rumbo a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida, pero nunca han llegado al territorio estadounidense.
Tania, madre de la niña, fue testigo de la tragedia: sus seres queridos se ahogaron cuando cruzaron el río Bravo en la ciudad mexicana de Matamoros y encontró a su marido e hija al otro lado del río sin vida.
En reacción a lo sucedido, los presidentes de EE.UU. y El Salvador, Donald Trump y Nayib Bukele, respectivamente, mostraron su pésame. Mientras Bukele deseó a que un día la migración sea una opción y no una obligación y Trump culpó a los demócratas que no le dejen que ponga en marcha sus restrictivas medidas para detener el flujo de los migrantes.
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