“La postura de la República de Irak es clara e inquebrantable”, declaró el martes Qassim al-Araji, durante una reunión en Bagdad con el jefe de la Organización de Inteligencia de las Fuerzas Armadas de Irán, el general de división Mayid Mirahmadi. “Irak rechaza el uso del territorio iraquí como plataforma para lanzar ataques contra países vecinos, incluida la República Islámica de Irán”, subrayó el responsable.
Al-Araji dijo además que el Gobierno iraquí “ha presentado una queja oficial ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU)” contra Israel por utilizar en el espacio aéreo iraquí para atacar a la República Islámica de Irán.
Prometió evitar posibles agresiones futuras contra el país persa desde el territorio iraquí. “El Gobierno iraquí, representado por el primer ministro y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Mohamad Shia al-Sudani, tomará todas las medidas necesarias para evitar que se repitan tales ataques”, recalcó.
Un comunicado emitido por la Oficina de Prensa del Asesor de Seguridad Nacional de Irak anunció que las partes discutieron los desafíos y amenazas a la seguridad en la región, asuntos de interés mutuo, y las medidas adoptadas por ambos vecinos para mantener la seguridad y la estabilidad, basadas en los principios de las relaciones de buena vecindad.
Asimismo, los dos responsables abordaron las medidas que deben adoptarse para preservar la seguridad y la estabilidad de la región.
Irak, que comparte un total de 5894 km de fronteras terrestres con Irán, presentó el pasado 13 de junio una queja contra Israel ante el Consejo de Seguridad de la ONU por la violación de su espacio aéreo durante los sangrientos ataques del régimen contra el suelo iraní.
Las agresiones duraron 12 días y a ellas se sumaron Estados Unidos, éste último con el bombardeo sistemático de tres instalaciones nucleares clave de Irán.
En represalia, las Fuerzas Armadas iraníes atacaron sitios estratégicos en los territorios ocupados palestinos, así como la base aérea de Al-Udeid en Catar, la mayor base militar estadounidense en Asia Occidental, en el marco de la operación “Verdadera Promesa III”, lo que obligó a los agresores a aceptar un alto el fuego el 24 de junio.
Durante las agresiones, el Gobierno y las Fuerzas Armadas de Irak urgieron a Estados Unidos a impedir que aviones israelíes violen el espacio aéreo iraquí para atacar a Irán, advirtiendo que “podrían responder a las incursiones israelíes en el espacio aéreo iraquí” en apoyo a Teherán.
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