Estados Unidos mató, la madrugada del pasado viernes, al comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Soleimani, y del subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al- Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis.
“Cualquier acto militar en Irak sin la aprobación del Gobierno de Baqdad se considera como una acción provocativa”, aseveró el lunes el embajador de Irak ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Muhamed Hussein Bahr Aluloom, en dos cartas enviadas por separado al Consejo de Seguridad de la ONU (CSNU) y al secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres.
Al denunciar el ataque estadounidense contra Soleimani y Al-Muhandis, el enviado de Irak ante las Naciones Unidas aseguró que este brutal acto de EE.UU. se considera como “una ejecución extrajudicial”.
Muchos países del mundo condenaron el asesinato del teniente general Soleimani que, según confirma el Departamento de Defensa estadounidense (el Pentágono), fue lanzado por orden directa del presidente de EE.UU., Donald Trump.
China acusó a EE.UU. de violar la soberanía, la dependencia y la integridad territorial de Irak y su representante permanente ante la ONU, Ma Zhaoxu, pidió a la Casa Blanca que no abusara de usar su poder coercitivo.
Medidas de Irak para responder al asesinato de Soleimani y Al-Muhandis
Como una forma de responder a estas violaciones, el domingo, el Parlamento iraquí aprobó una moción que pide la expulsión de las tropas estadounidenses desplegadas en el país y obligó al Gobierno a hacer público cualquier acuerdo sobre la presencia de militares extranjeros en el país.
Irán por su parte, ha prometido una “dura venganza” de EE.UU. por el asesinato de Soleimani, y ha asegurado que la continuación de la presencia militar de EE.UU. es un ejemplo de “ocupación”.
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