Los ataques se prologaron durante toda la noche con agentes múltiples como cianógeno, gas mostaza y gases neurotóxicos, entre otras sustancias. La masacre provocó la muerte de 5000 personas, en su mayoría civiles.
Otros miles resultaron heridos también. Algunos de ellos tras tres décadas, todavía sufren por las consecuencias, el cáncer y otras enfermedades causadas por gases tóxicos.
Saddam Husein ordenó los ataques contra Halabja en represalia por el apoyo, brindado por los combatientes kurdos al Ejército iraní, en la guerra que desató Irak contra su vecino entre 1980 y1988.
Desde entonces, cada año, los iraquíes recuerden a las víctimas de lo que consideran un genocidio. Todavía exigen castigos para los responsables auténticos de la tragedia, aquellos que suministraron armas químicas a Saddam.
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