La citada ofensiva —cuyo objetivo es afianzar la seguridad de la cordillera de Hamrin— podría comenzar esta semana, han anunciado las autoridades iraquíes a la agencia de noticias británica Reuters. El área se encuentra entre los campos petrolíferos de Kirkuk (norte de Irak) y la ciudad de Janaqin en la frontera iraní.
En las montañas de Hamrin operan grupos terroristas vinculados a la agrupación extremista EIIL (Daesh, en árabe) y otra banda armada conocida como Lafitat Al-Baida (Pancartas Blancas, en español). Se cree que los combatientes de Lafitat Al-Baida provienen de poblaciones kurdas de las regiones de Kirkuk y Tuz Jurmato.
“Los integrantes de Pancartas Blancas no tienen ninguna conexión con Daesh ni con el gobierno regional del Kurdistán iraquí”, ha asegurado un funcionario kurdo.
Los integrantes de Pancartas Blancas no tienen ninguna conexión con Daesh ni con el gobierno regional del Kurdistán iraquí”, ha asegurado un funcionario kurdo.
El pasado mes de diciembre, las autoridades iraquíes anunciaron planes para transportar el crudo de los campos de Kirkuk a una refinería iraní en la provincia de Kermanshah, en el oeste de Irán.
En virtud de este acuerdo, Bagdad y Teherán acordaron enviar hasta 60.000 barriles diarios del crudo iraquí al país persa para permitir la reanudación de las exportaciones de petróleo de Kirkuk.
Las fuerzas iraquíes perdieron el control de los pozos de petróleo en junio de 2014, tras asaltos del grupo terrorista EIIL. Más tarde, los combatientes kurdos (los Peshmerga) tomaron el control de los mismos después de que la banda takfirí sufriera severas derrotas.
Tras el referéndum separatista organizado en la región del Kurdistán iraquí el pasado 25 de septiembre y rechazado por el Gobierno central, las fuerzas iraquíes volvieron a recuperar las zonas petroleras en manos de los kurdos en la ciudad de Kirkuk, y otras regiones.
mkh/ctl/tmv/rba