Los manifestantes se toparon en un principio con una fuerte resistencia de las fuerzas que vigilan la oficina del primer ministro del país, Haidar al-Abadi, pero algunos lograron acceder a la zona, de acuerdo con las fuentes locales.
Mientras las fuerzas de seguridad aseguran que dispararon al aire munición real, tanto las fuentes locales como las médicas informan este sábado de que al menos dos manifestantes habían muerto a causa de heridas de bala.
Según las mismas fuentes, 57 personas resultaron heridas el viernes en la manifestación, en la que las fuerzas de seguridad iraquíes utilizaron gases lacrimógenos, cañones de agua y bombas ensordecedoras.
Las fuerzas de seguridad han levantado el toque de queda decretado ayer, aunque han incrementado su presencia en la ultraprotegida zona.
La Zona Verde, que alberga las sedes del Gobierno y el Parlamento, así como las embajadas occidentales, entre ellas, las de EE.UU. y el Reino Unido, ha sido recientemente escenario de manifestaciones de protesta por la incapacidad del Gobierno para combatir la corrupción en el país.
La mayoría de los manifestantes son partidarios del líder del Movimiento Sadr de Irak, Muqtada al-Sadr, quien, de hecho, critica la parálisis política en la que vive el país debido a la negativa del Parlamento a dar luz verde a las reformas de Al-Abadi en el Gobierno.
Hoy mismo, el premier iraquí, condenando la última incursión de los manifestantes en las zonas gubernamentales, ha pedido al pueblo que presente sus demandas de manera pacífica y evite las medidas violentas.
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