El gobierno de Alejandro Giammattei deja un país en ruinas, un país que deberá rescatar en la medida de lo posible el gobierno de Bernardo Arévalo, sin el presupuesto adecuado y sin el apoyo de órganos e instituciones alineados al denominado pacto de corruptos, gobernar será una tarea titánica para el nuevo mandatario, sin embargo, la confianza de la ciudadanía es el mayor respaldo que puede tener un presidente.
En sus ofrecimientos de campaña Arévalo priorizó atacar de frente la corrupción y la impunidad, la inclusión de los pueblos indígenas en su plan de gobierno, un sector de la sociedad que históricamente ha sido excluido y relegado al subdesarrollo, las comunidades exigen inclusión y representación en la toma de decisiones.
Otros líderes indígenas que han acompañado al presidente Bernardo Arévalo en su ascenso al poder piden que se atiendan los más grandes problemas de país, la desnutrición, la migración y la falta de fuentes de empleo son exoponenciales en las áreas rurales del país.
Independientemente de los retos sociales, el presidente deberá enfrentar los embates de un Ministerio Público que por todos los medios ha tratado de anular las elecciones y encarcelar al ahora presidente de Guatemala Bernardo Arévalo.
El primer revés que recibe el partido de gobierno guarda relación con la anulación de la junta directiva del congreso cuyo presidente pertenecía al partido semilla, la anulación se materializó por orden de la Corte de Constitucionalidad cuyos fallos son inapelables.
Miguel Salay, Ciudad de Guatemala.
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