La ceremonia se celebró en la comunidad de Hampaturi que se sitúa a unos 20 kilómetros de La Paz y acoge una de las represas que suministra agua a los hogares paceños.
Las autoridades indígenas llevaron vasijas que contenían agua de otras vertientes cercanas que “nunca se secan” para realizar el ritual de la lluvia y también alistaron flores blancas y un altar o “mesa blanca” con un feto de llama como ofrenda a la “Pachamama”.
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