Al-Hasaka, en el noreste de Siria, recientemente ha sido escenario de una escalada provocada por EE.UU., cuyas tropas han colisionado en varias ocasiones con las fuerzas sirias, así como con los efectivos rusos que realizan patrullas diarias en esta zona por petición de Damasco.
En su último esfuerzo para frenar el avance de Rusia en la región nororiental de Siria, rica en recursos petroleros, las fuerzas de EE.UU. bloquearon el miércoles el paso de un vehículo blindado ruso en una carretera en Al-Qamishli, en Al-Hasaka, y lo empujaron de la pista de modo peligroso.
Esto mientras, el Gobierno de Damasco ha denunciado la presencia ilegal de EE.UU. en su territorio y acusa a Washington de saquear flagrantemente los recursos petroleros sirios ante el mutismo internacional.
En noviembre de 2019, Rusia y Turquía comenzaron sus patrullas conjuntas en el noreste de Siria en el marco de un acuerdo entre Ankara y Moscú. Sin embargo, Turquía dejó la misión el pasado 3 de febrero después de que sus posiciones en la estratégica ciudad de Saraqib, en la provincia de Idlib (noroeste) fueron atacadas por el Ejército sirio.
De ahí que la Policía militar y los helicópteros rusos se encarguen de llevar a cabo “unilateralmente” la misión de patrulla en el noreste de Siria.
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