El Gobierno iraní anunció el pasado viernes 15 de noviembre el racionamiento y un alza en el precio del combustible, medida que provocó protestas.
No obstante, varios grupos de alborotadores se infiltraron entre las manifestaciones pacíficas y, aprovechándose de esta coyuntura, atacaron infraestructuras y propiedades públicas a fin de socavar la seguridad y el orden público en el país persa.
Las autoridades iraníes ya han detenido a un centenar de cabecillas promotores de los disturbios suscitados en el país. El Poder Judicial ha asegurado que los alborotadores recibirán un severo castigo.


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