El 42 Comando de la Marina Real Británica se encarga de entrenar a una brigada de comando ucraniana de élite en un lugar remoto en Dartmoor (sur de Inglaterra) y prepararla para lanzar un ataque relámpago contra Rusia en la península de Crimea, según informó el diario británico Express, citando a fuentes fidedignas.
Estos soldados, que están llevando a cabo ejercicios especializados en el territorio británico, formarán la punta de lanza en una invasión a Crimea —anexada a Rusia en 2014 tras un referéndum popular—, afirman las fuentes, y detallan que otras dos fuerzas montarán ataques simultáneos a las tropas rusas.
La operación, según el informe, incluirá ataques por aire, tierra y mar con comandos ucranianos que utilizarán tecnología para supuestamente “paralizar a las tropas rusas”.
Asimismo, las unidades blindadas del Ejército ucraniano lanzarán ataques en otros frentes a las tropas rusas con misiles de largo alcance suministrados por el Reino Unido, Estados Unidos y Alemania, agrega el informe.
¿Cómo reacciona Londres?
El sábado, una fuente militar de alto rango del Reino Unido dijo que la Marina Real Británica entrenará a las fuerzas ucranianas, pero esto no garantiza el éxito de la ofensiva. “Podemos entrenarlos en nuestras tácticas y mostrarles cómo usar el equipo, pero el éxito provendrá de la capacidad de los propios ucranianos para adaptarse rápidamente y superar los desafíos”, matizó.
Ese mismo día, el jefe de Inteligencia de Ucrania, Kirilo Budanov, afirmó que las fuerzas del Ejército entrarían en Crimea “pronto”.
Retomar el control de Crimea es una promesa y un objetivo declarado del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien avisó que el conflicto con Rusia “terminará en Crimea”. “Ucrania es lo suficientemente fuerte para ver las perspectivas de Crimea ucraniana”, dijo en agosto pasado.
La ofensiva para retomar Crimea forma parte del contraataque que inició Kiev a principios de junio. Sin embargo, esta operación hasta ahora solo ha logrado pequeños avances contra las bien atrincheradas fuerzas rusas que controlan más de la sexta parte del territorio ucraniano.
Rusia, que considera Crimea una gran línea roja, ha repelido muchos ataques con drones lanzados en los últimos meses contra esta zona y ha advertido que tiene todas las opciones sobre la mesa, si Kiev intenta amenazar la existencia del Estado ruso, del cual la península es parte por voluntad de sus habitantes expresada en las urnas en 2014.
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