El consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, advirtió el lunes de que EE.UU. sancionará a la CPI, sus jueces y fiscales, si este ente internacional procede formalmente a abrir una pesquisa sobre los presuntos crímenes de guerra cometidos por miembros del servicio estadounidense y profesionales de la Inteligencia en Afganistán entre 2003 y 2004. Bolton también dijo que “la CPI ya está muerta para nosotros”.
En reacción, Francia y Alemania, entre otros países, expresaron el martes su apoyo a la corte de La Haya y a su gestión independiente.
“Francia junto con sus socios europeos, apoya a la CPI tanto en aportaciones presupuestarias como en (ofrecer) cooperaciones con la misma”, indicó la portavoz de la Cancillería de Francia, Agnes von der Muhll, en un comunicado.
La diplomática gala añadió que la corte de La Haya debe actuar y ejercer sus prerrogativas “sin obstáculos” y en una manera “independiente e imparcial”, dentro del marco “legal definido por el Estatuto de Roma”, su instrumento constitutivo.
El Ministerio alemán de Asuntos Exteriores, por su parte, aseguró en su cuenta en Twitter: “Estamos comprometidos con trabajar con la CPI, en particular, cuando está siendo criticada”.
Francia junto con sus socios europeos, apoya a la CPI tanto en aportaciones presupuestarias como en (ofrecer) cooperaciones con la misma”, indicó la portavoz de la Cancillería de Francia, Agnes von der Muhll, en un comunicado.
El Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), por su parte, consideró que las observaciones de Bolton desvelan “la actitud arrogante” de Washington ante otros países y las organizaciones internacionales, para servir únicamente los intereses propios.
De igual modo, la Resistencia libanesa resaltó que sus declaraciones también ponen de relieve que la mentalidad estadounidense obedece la Ley de la Selva que “ensalza el poderoso” y “aplasta al oprimido”.
La CPI ha prometido no dejarse “disuadir” por las intimidaciones de EE.UU., y continuar haciendo su trabajo, como una institución independiente e imparcial que cuenta con el apoyo de 123 países.
La investigación del tribunal incluiría cárceles secretas que la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés) mantuvo en Afganistán, Polonia, Rumanía y Lituania, donde se han cometido torturas y violaciones, entre otros crímenes atroces, según varios informes secretos.
Aunque EE.UU. rechaza la jurisdicción del tribunal de La Haya, los supuestos crímenes de sus soldados y miembros de la CIA podrían ser investigados, porque se habrían cometido en países que han ratificado el Estatuto de Roma, tratado por el que se creó la corte en 2002.
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