“Hemos presentado hoy una denuncia legal ante la oficina de la Fiscalía contra una entidad desconocida por servicios secretos de Inteligencia en detrimento de Austria”.
“Hemos presentado hoy una denuncia legal ante la oficina de la Fiscalía contra una entidad desconocida por servicios secretos de Inteligencia en detrimento de Austria”, ha declarado la ministra del Interior, Johanna Mikl-Leitner, según recoge la Agencia de Prensa de Austria (APA).
La funcionaria añade que “no es disparatado sospechar que también Austria ha sido objeto de espionaje” junto a otros Estados europeos, aunque reconoce no disponer por el momento de pruebas concretas.
No es disparatado sospechar que también Austria ha sido objeto de espionaje.
Su Administración —agrega—utilizará los medios policiales, diplomáticos y judiciales a su disposición para resolver el asunto.
“Austria reclama aclaraciones”, ha declarado la ministra, precisando que los servicios de Inteligencia de su país están en contacto con sus homólogos alemanes.
Austria reclama aclaraciones.

El diario alemán Der Spiegel informó el pasado 23 de abril, basándose en documentos confidenciales, de que el Servicio de Inteligencia Federal (BND, en alemán) de Berlín ha recolectado información delicada para Estados Unidos.
El espionaje alemán para la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, en inglés) se centraba en objetivos políticos y empresariales. Entre los primeros detallados por la prensa alemana figura el espionaje al palacio presidencial y al Ministerio de Exteriores franceses, así como a la Comisión Europea.
Los espías alemanes rastrearon también para Washington las actividades de grandes empresas que operan en sectores sensibles, como la aeronáutica Airbus y su división de fabricación de helicópteros Airbus Helicopters, antes conocida como Eurocopter. La NSA buscaba saber si estas compañías estaban infringiendo prohibiciones comerciales.
Las sospechas de Viena se ven reforzadas por la participación en los programas de espionaje de las instalaciones de escuchas de Bad Aibling, en el sureste alemán, a escasos kilómetros de la frontera con Austria. Creadas por la NSA, teóricamente fueron traspasadas al BND en 2004.
En medio del escándalo, el vicecanciller y ministro de Asuntos Económicos y Energía de Alemania, Sigmar Gabriel, reaccionó el lunes desplazando el foco de atención hacia la canciller Angela Merkel, al comentar una conversación privada en la que ella habría dicho no estar al corriente.

El martes, Merkel —de quien se sospecha que estaba al tanto del espionaje para Washington— defendió la colaboración del BND con la Inteligencia estadounidense amparándose en las amenazas de terrorismo internacional.
La opinión pública alemana muestra crecientes signos de hastío por el dominio que sobre su país ejercen Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Este sentimiento se acrecentó con las revelaciones del informático estadounidense Edward Snowden en 2013 sobre las actividades de espionaje masivo de la Inteligencia de Washington —con la que él colaboraba— a sus supuestos “aliados”.
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