‘En España se persigue a ideas legítimas, democráticas y no violentas’, así lo denunció el destituido presidente catalán, Carles Puigdemont, en un mensaje leído por los cesados consejeros, Jordi Turull y Josep Rull.
Por su parte, el Partido Nacional Vasco (PNV) lamentó que el rey siga ignorando en su mensaje de Nochebuena la realidad de las aspiraciones nacionalistas, y se limite a dar el discurso de siempre, envuelto en un ‘celofán progresista’.
El portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, criticó al rey por aplicar el artículo 155 y tomar partido por una de las partes en su discurso del 3 de octubre sobre Cataluña.
Desde Podemos, el secretario de Organización del partido, Pablo Echenique, acusó al rey de ser ‘incapaz de reconocer el fracaso de su hoja de ruta en Cataluña’ y de ‘abrazar de nuevo’ el argumentario del Partido Popular (PP).
Todos estos partidos opinan que el monarca trata el problema de la corrupción como algo que ‘ya ha pasado y que es un fenómeno meteorológico sin caras y sin nombres’. Dicen que el rey habló de este tema como pasando por encima del asunto y solo porque el año pasado le recriminaron que no lo hiciese.
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