La opción de materializar de una vez la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), más conocido como Brexit, y defendida contra viento y marea por el primer ministro británico, Boris Johnson, ha sido la más votada en los comicios del jueves dándoles a los conservadores una mayoría absoluta en el Parlamento nacional que les garantiza que el próximo 31 de enero el Brexit sea una realidad.
En un principio, esta noticia ha sido bien recibida tanto por los británicos como por los mercados financieros locales e internacionales al verse disipada la incertidumbre y el letargo político que desde hace tres años ha tenido paralizado al Reino Unido luego de que celebrara un referéndum sobre su permanencia en el bloque europeo, cuyo resultado bien se sabe a estas alturas.
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Es cierto que el Brexit, si no hay cambios de última hora, se concretará para esa fecha fijada, y es aquí precisamente el punto de inflexión para que la unión de los países, reinos y colonias que componen al Reino Unido comience a tambalear.
Es de sobra conocido que Escocia desde hace mucho tiempo busca su independencia respecto a Londres, y en su empeño, ya ha celebrado en 2014 un referéndum que con un escaso margen de 10 por ciento se balanceó a favor de quienes apostaban por seguir permaneciendo dentro del Reino Unido.
Cabe recordar que en aquel momento, no soplaba ni de lejos los vientos del divorcio británico con Europa, y es por ello que nada más conocerse los resultados de estas elecciones del jueves, la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, salió reafirmando su idea de volver a celebrar una segunda consulta popular independentista, ya que los sufragios emitidos en esta región, tanto en esta ocasión, como en la última cita electoral de 2017, dieron la victoria a las formaciones partidarias de seguir permaneciendo dentro de la Unión Europea.
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De hecho, el Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés), liderado por Sturgeon, ha conseguido 48 de los 59 escaños destinados a Escocia en el Parlamento británico tras las elecciones del jueves.
Otro punto que pronto dará mucho que hablar en los tabloides y medios de comunicación es el asunto delicado de Irlanda del Norte, donde los partidos nacionalistas norirlandeses, opuestos al Brexit, han logrado en estos comicios, por primera vez, más escaños en Westminster que las fuerzas unionistas, probritánicas y partidarias de la marcha de Londres de Bruselas.
Esta situación se da por la pérdida de confianza al Partido Democrático Unionista (DUP, por sus siglas en inglés), socio del Gobierno de Londres durante la anterior legislatura.
El DUP, mayoritario entre la comunidad protestante norirlandesa, perdió dos de los diez diputados que tenía, mientras que el Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA, por sus siglas en inglés) y principal formación entre los católicos, mantuvo sus siete asientos, si bien no los ocupa porque se niega a jurar lealtad a la corona británica, representada por Isabel II.
Los otros tres escaños en juego en Irlanda del Norte fueron a parar al Partido Socialdemócrata y Laborista (SDLP, nacionalista moderado) y al multiconfesional Partido Alianza.
El electorado de esta provincia británica, que votó en contra del Brexit en el referéndum de 2016, castigó al DUP por su posición sobre este divorcio y su bloqueo al acuerdo de salida negociado recientemente por el Ejecutivo británico con Bruselas.
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Los unionistas consideran que el acuerdo del Brexit del premier británico, que prevé mantener a Irlanda del Norte alineada con ciertas normas del mercado único europeo, pone en riesgo la relación de la provincia con el resto del Reino Unido.
Asimismo, temen que este divorcio a punto de consumarse a poco más de un mes dé impulso a las demandas de los partidos nacionalistas para que Londres convoque un referéndum sobre la reunificación de la isla de Irlanda, tal y como contempla el acuerdo de paz del Viernes Santo, alcanzado en 1998, el texto que puso fin al conflicto norirlandés.
En cuanto al peñón de Gibraltar, los 34 500 vecinos de este enclave británico, situado en el sur de España, no votaron el jueves sino que lo hicieron hace menos de dos meses, convocados por el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, quien adelantó las elecciones al Parlamento de su territorio para el pasado 17 de octubre cuando la salida de la UE estaba prevista para apenas 13 días después, antes de que se produjera una nueva prórroga de las cuatro que ha sufrido el proceso.
Los ciudadanos de Gibraltar ya expresaron su deseo de continuar en el bloque europeo al participar en el referéndum de junio de 2016, donde una aplastante mayoría votó a favor de continuar formando parte de los 28 Estados miembros de la UE.
En este contexto, la opción no al Brexit ganó con el 95,91 % de los votos, frente al cómputo total del conjunto del Reino Unido que arrojó una escueta mayoría de los 51,9 % favorables a abandonar la UE.
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Ante tal panorama, habrá que ver como asumirán la mayoría de los escoceses, norirlandeses y gibraltareños esta inmediata salida del Reino Unido del bloque regional, una medida contraria a sus deseos de seguir perteneciendo a esa gran familia que es la europea.
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