Este domingo, decenas de británicos marcharon por la ciudad de Málaga, en el sur de España, para expresar su preocupación sobre su incierta situación, mientras el Reino Unido se prepara para abandonar la Unión Europea (UE). La pensión, la sanidad y la educación, son sus principales temores, en caso de que se materialice el Brexit.
España es el hogar de más de 300 mil británicos. Junto con Portugal, la península ibérica representa casi una cuarta parte de todos los británicos que viven en Europa, según muestran los datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
España es el destino de jubilación europeo más popular para los británicos, con alrededor de un tercio de residentes británicos mayores de 65 años.
Entre los extranjeros, los británicos son los mayores usuarios del sistema de salud universal, financiado por el Estado de España.
Muchos de ellos están preocupados por perder el acceso gratuito a la atención médica española, actualmente asegurada por la Unión Europea, como resultado de la salida del Reino Unido del bloque.
El presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, quien podría ser reemplazado después de las elecciones de noviembre, ha tratado de tranquilizar a los británicos que viven en España, prometiendo proteger sus derechos después de la salida del Reino Unido de la UE.
Londres y Madrid ya han firmado un acuerdo que garantiza los derechos de voto y de trabajo para los migrantes respectivos, pero la atención médica no se ha mencionado en ese acuerdo.
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