En un discurso con motivo del 46.º aniversario de la desaparición del gran Imam chií Musa Sadr y sus compañeros Mohamad Yaqub y Abás Badreddin, Berri refrendó el deber de apoyar a la asediada Franja de Gaza y los legítimos derechos del pueblo palestino.
El también jefe del movimiento libanés Amal subrayó la necesidad de detener la masacre israelí sobre las arenas de Gaza, “que se han convertido en fosas comunes”.
Además, aseguró que apoyar a Gaza y Palestina “es una prueba para la humanidad en sus intenciones, para los árabes en su arabismo, para los musulmanes en su Islam, y para los cristianos en su cristiandad”, e indicó que el éxito en esta confrontación solo se logrará intensificando la resistencia al proyecto sionista por todos los medios disponibles, incluyendo las armas.
El político libanés también manifestó que el gabinete del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, obstaculiza cualquier intento de detener esta guerra, que no tiene precedentes en la historia moderna.
A juicio del Berri, Netanyahu practica la doctrina de matar a los no judíos, que proporciona la base ideológica para el genocidio del pueblo palestino.
Tanto la Resistencia y el Gobierno de El Líbano han denunciado en reiteradas ocasiones la amenaza que representan los ataques de Israel a Gaza, para la seguridad y estabilidad de la región.
Por todo esto, desde el comienzo de la guerra indiscriminada israelí contra Gaza, el Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) ha atacado posiciones militares del régimen de Tel Aviv en un intento por solidarizarse con el pueblo gazatí.
El apoyo de Hezbolá a la Resistencia palestina fue tan relevante que el régimen de Israel se vio obligado a evacuar de residentes las zonas fronterizas con El Líbano, lo que ha causado pérdidas económicas en millones de dólares y lo que más le duele a Israel, es decir una migración inversa.
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