• El jefe del Consejo Ejecutivo del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), Seyed Hashem Safi al-Din
Publicada: lunes, 1 de noviembre de 2021 3:01

Las tensiones entre Beirut y Riad se deben a preocupaciones del príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman, por la caída de Marib, afirma Hezbolá de El Líbano.

El jefe del Consejo Ejecutivo del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), Seyed Hashem Safi al-Din, ha aseverado este domingo que no se puede imaginar que el tema esté relacionado con un comentario (en alusión a las críticas del ministro de Información libanés sobre la guerra en Yemen) y cree que es más que eso.

Lo que está sucediendo en Arabia Saudí es una gran cosa, porque los saudíes y los países del Golfo [Pérsico], en general, que siguieron el camino de las normalizaciones con Israel, ya no pueden tolerar la voz de las críticas de El Líbano y de otros contra los nexos de Riad y Tel Aviv, algo que se hará público en los próximos días”, ha argumentado al respecto.

Safi al-Din ha recalcado que Bin Salman se encuentra en un estado de ansiedad y enfrentará grandes dificultades después de la caída de Marib en manos del movimiento popular yemení Ansarolá. “Tiene miedo y ansiedad de perder todas sus ilusiones, y lo que enfrenta “El Líbano se debe a este miedo”, ha agregado.

 

Las tensiones entre Riad y Beirut han aumentado tras hacerse viral en redes sociales unas declaraciones del actual ministro de Información libanés, George Kordahi, cuando aún no ocupaba el cargo, en las que exigió poner fin a la guerra de Yemen, describiendo como “inútil” la contienda bélica de casi siete años impuesta por la alianza saudí contra el país más pobre del mundo árabe.

En reacción, Riad, además de exigir la salida de Kabara, prohibió todas las importaciones de El Líbano, así como el viaje de los ciudadanos saudíes al territorio libanés. 

Arabia Saudí y algunos de sus aliados han lanzado una guerra devastadora contra Yemen desde 2015 con el objetivo de restaurar en el poder al expresidente Mansur Hadi y aplastar a Ansarolá, objetivo que el enemigo no ha podido materializar, pese al apoyo integral que recibe de parte del Occidente.

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