Maersk es una megacorporación con más de 50 mil millones de dólares en mercados bursátiles. Sus navíos transitan los océanos del mundo cargados de bienes y productos. Maersk, da la casualidad, es también el “Transportista” favorito del régimen terrorista israelí.
Este grupo de activistas se congrega en el muelle de Baltimore. Bajo la mirada de la policía, denuncian los lazos comerciales con el régimen sionista y rinden un homenaje a las víctimas de la ocupación.
En los últimos 24 meses, la mayor parte de la comunidad internacional condenó las atrocidades sionistas, reconociendo al Estado Palestino y su derecho de autodeterminación. Benjamín Netanyahu y otros son objeto de órdenes de captura de la Corte Penal Internacional; pero aún así, la impunidad del régimen persiste. La Casa Blanca es el aliado más importante en esta dinámica.
El supuesto plan de paz de Donald Trump para Gaza es un capítulo más en la Gran Mentira (Narrativa sionista) y el contexto de los polos similares entre Washington y Tel Aviv; es decir, ideologías como el sionismo que buscan el genocidio y el exterminio, y la comparación con el imperialismo, ideología de proyectos coloniales, ocupación y muerte.
Así, ya no es posible ocultar una realidad que mediante los mismos instrumentos del imperialismo, ha terminado cambiando la percepción de toda una generación con respecto a los crímenes del sionismo.
El 75% de la Generación Z que apoya a Palestina porque tiene un genocidio que lo está mirando en sus teléfonos y en las redes sociales. Por eso es muy obvio; mirando bebés que no tienen comida, con sus costillas saltando de su cuerpo, es muy obvio que es un genocidio.
Marcelo Ali Sánchez, Washington.
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