El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, remarcó que EE.UU. no cederá a la solicitud de Kiev para utilizar en territorio ruso los proyectiles de largo alcance proporcionados por sus aliados, argumentando que el uso de estas armas no cambiaría el curso de la guerra en Ucrania.
“Ya tuvimos este debate sobre los tanques y sobre otras capacidades. En cada ocasión, señalamos que no se trata de una sola cosa sino de la combinación de las capacidades y de cómo se integran”, dijo Austin el viernes en conferencia de prensa tras la reunión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania en la base aérea de Ramstein, en Alemania.
En otro argumento, Austin dijo que, si se observa el campo de batalla, Rusia ya ha movido los aviones de combate que usa para bombardear Ucrania más allá del alcance de armas de largo rango como los sistemas estadounidenses ATACMS.
“Hay muchos objetivos en Rusia, obviamente, y hay muchas capacidades que tiene Ucrania en términos de drones, etcétera, para abordar esos objetivos”, afirmó el secretario de Defensa estadounidense, quien adelantó que Washington proporcionaría a Ucrania un paquete de ayuda militar adicional por valor de 250 millones de dólares.
Por primera vez en meses, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, asistió en persona a la reunión de sus aliados para presionar una vez más a favor de más entregas militares, concretamente sistemas de defensa aérea y armas de largo alcance, para atacar objetivos dentro de Rusia, mientras las tropas rusas continúan avanzando en el este.
Moscú ha denunciado en reiteradas ocasiones las injerencias de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Washington en el conflicto ruso-ucraniano. Según Moscú, el envío de armas a Kiev conlleva el riesgo de prolongar la guerra.
Haciendo caso omiso a tales advertencias, Alemania y el Reino Unido han informado, respectivamente, de la entrega de apoyo militar adicional a Kiev, valorada en 150 millones y 210 millones de euros.
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