Turbas enardecidas de sionistas, entre empujones e insultos se abren paso a esta sala en donde se debate una resolución de condena a la entidad sionista por sus crímenes de lesa humanidad.
Esta corte en el estado de Maryland vota por el estatuto CR-22. Decenas de ciudadanos aparecen en solidaridad con palestina. No obstante, un pequeño grupo de sionistas se dedica a violentar lo que es un acto pacífico por los derechos humanos.
Durante el lapso de las siguientes horas, los legisladores deciden votar en contra de la resolución. Según algunos asistentes, se trata de una muestra de cuánto puede influenciar el sionismo sobre la política local y nacional.
El estado de Maryland ejemplifica la intromisión del sionismo en las circunscripciones y legislaciones locales. Se conoce que más de 80 millones de dólares de los contribuyentes de este estado, se destinan anualmente a la entidad sionista para cometer todo tipo de atropellos en contra del pueblo palestino. Y esto ocurre mientras más del 70 % de la opinión pública en Estados Unidos demanda un cese al fuego inmediato, así como el cese de la colaboración del gobierno estadounidense con la entidad terrorista de Israel.
A pesar del rechazo que genera la decisión del panel estatal, otros activistas creen que es un precedente importante. Por primera vez en la historia los espacios legislativos y políticos cuestionan la narrativa sionista. El terrorismo israelí ya es imposible de ocultar o justificar.
Marcelo Ali Sánchez, Washington
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