“UANI ha dirigido el esfuerzo por aislar en lo económico al régimen iraní, y su pericia bipartita e internacional hace del grupo una voz muy respetada sobre los méritos del acuerdo iraní”, declaró ayer lunes el sustituto: el exsenador ultrasionista Joseph Lieberman.
UANI ha dirigido el esfuerzo por aislar en lo económico al régimen iraní, y su pericia bipartita e internacional hace del grupo una voz muy respetada sobre los méritos del acuerdo iraní, declaró ayer lunes el exsenador estadounidense Joseph Lieberman, nuevo presidente del lobby antiraní Unidos Contra un Irán Nuclear.
Lieberman, senador por Connecticut (noreste) de 1989 a 2013 y miembro del Partido Demócrata hasta 2008, fue uno de los principales impulsores de la invasión estadounidense de Irak en 2003.
“El conocimiento del senador Lieberman en política exterior y en seguridad nacional goza de gran respeto y renombre en todo el mundo”, ha asegurado el director general de UNANI, Mark Wallace —hombre de negocios y antiguo representante de Washington ante las Naciones Unidas bajo la presidencia de George W. Bush—.
En junio, Wallace anunció que UANI disponía de un presupuesto “multimillonario” para financiar publicidad contra la aprobación de las conclusiones alcanzadas el pasado 14 de julio, tras 22 meses de arduas conversaciones, entre Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU. Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania).
El conocimiento del senador Lieberman en política exterior y en seguridad nacional goza de gran respeto y renombre en todo el mundo, afirma el director general de UANI, Mark Wallace.
Sin embargo, el 20 de julio, Samore —contratado como presidente en septiembre de 2013, tras 4 años como coordinador de la Casa Blanca para Control Armamentístico y Armas de Destrucción Masiva— sumó su firma a la de 60 antiguos altos cargos estadounidenses en un manifiesto a favor del entendimiento sobre el programa de energía nuclear iraní.
Samore defiende que UANI debería modificar sus objetivos y convertirse en un grupo de supervisión de la aplicación del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, en inglés) trazado el 14 de julio.
“Eso era una posición claramente inconcebible para nada que tenga que ver con (Sheldon) Adelson, ya que el milmillonario de los casinos lleva años tratando de instigar una guerra con Irán”, observaba ayer el comentarista político Jason Ditz en la página Antiwar.
Eso era una posición claramente inconcebible para nada que tenga que ver con (Sheldon) Adelson, ya que el milmillonario de los casinos lleva años tratando de instigar una guerra con Irán, dice el comentarista estadounidense Jason Ditz sobre la postura del expresidente de UANI Gary Samore.
Adelson, una de las personas más ricas del mundo, es considerado el principal financiador de campañas políticas del Partido Republicano en Estados Unidos. En 2013, el magnate suministró un tercio del presupuesto de UANI, según la documentación fiscal, escribe la cadena iraní en lengua inglesa Press TV.
El Congreso —de mayoría republicana en ambas Cámaras— debe votar el mes próximo sobre el JCPOA. La Casa Blanca prevé que los legisladores emitan una resolución para rechazar el texto, resolución que el presidente estadounidense, Barack Obama, ha dicho que vetará.
La campaña contra el JCPOA, estrechamente vinculada a las redes transnacionales del régimen israelí, se beneficia además de la campaña por la presidencia estadounidense, que está en la fase de preselección por parte de los dos grandes partidos de EE.UU., Demócrata y Republicano.
El pasado jueves, en el primer debate televisado entre los diez candidatos republicanos, todos ellos se opusieron al JCPOA.
El domingo, Obama lamentó que gran parte de los republicanos se opongan a cualquier cosa que haga él, pero se mostró confiado en que la opinión pública estadounidense reconocerá los beneficios del JCPOA una vez sea puesto en práctica
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