Este miércoles, tres hombres blancos fueron hallados culpables por el asesinato del joven afroamericano Ahmaud Arbery el 23 de febrero de 2020. Ellos habían perseguido a la víctima en su barrio con sus furgonetas y le habían disparado. La noticia fue recibida así, fuera de la corte.
Los condenados Gregory McMichael, de 65 años, su hijo Travis McMichael, de 35, y su vecino William “Roddie” Bryan, de 52, fueron acusados de asesinato, agresión con agravantes, encarcelamiento falso e intención delictiva de cometer un delito grave. Se enfrentan a una pena mínima de cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional. Ellos habían alegado que su acto fue en autodefensa, pero el jurado lo desestimó.
Este caso había vuelto a hacer sonar las alarmas sobre el racismo y la cultura de violencia armada en el país. El presidente Joe Biden, en reacción, señaló que un mero veredicto de condena no es suficiente y hay que comprometerse para construir un futuro unido, refiriéndose a la necesidad de restricción sobre compraventas de armas y el racismo generalizado, hecho que incluso ha sido institucionalizado en la policía e incluso en la Justicia estadounidense.
mag/fmk
