El Jardín Botánico de Curación, que se abrió al público a principios de junio en New Haven, estado de Nueva York, es un lugar dedicado a las víctimas de la violencia armada. En el suelo de ladrillos del jardín, están grabados los nombres de todos los muertos por la violencia armada en New Haven, desde 1976 hasta 2021.
Denise, una residente de New Haven, expresa su descontento por el aumento de crímenes con arma de fuego y exige al gobierno que detenga las tragedias. Para ella, muchas de las víctimas eran amigos y conocidos y, ahora, el nombre de uno de los miembros de su familia está en la lista.
Un aumento incesante de la violencia con armas de fuego y de los homicidios se está apoderando de las ciudades estadounidenses, incluso antes de que se produzca el habitual aumento de la delincuencia en el verano boreal.
La violencia armada en EE.UU. no es algo nuevo; a finales de diciembre de 2020, el registro de armas de fuego subió un 40 % en comparación con el mismo periodo del año anterior.
La situación se deterioró más y, tal y como indican las estadísticas proporcionadas por la organización Gun Violence Archive, solo en los primeros cinco meses de 2021, más de 8000 personas perdieron la vida a consecuencia de tiroteos.
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