En una cumbre anual de líderes cristianos conservadores de la coalición Fe y Libertad, la audiencia lanzó gritos de “traidor” y abucheos, interrumpiendo así el discurso de Pence.
Los agentes de seguridad expulsaron a los críticos de la sala, mientras otras docenas de personas habían abandonado la conferencia antes de la intervención del exvicepresidente, según informó el diario local Tampa Bay Times.
En declaraciones ofrecidas tras la interrupción, el exvicepresidente arremetió contra el inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, por las políticas que adoptó en los primeros 140 días de su mandato, entre ellas las de fronteras abiertas, subida de impuestos, gastos desbocados y censura a la libertad de expresión.
“Ha llegado la hora de que cada estadounidense defensor de la fe y la libertad se ponga en pie y haga oír su voz para revertir la agenda de la izquierda radical”, dijo Pence.
Muchos partidarios de Trump están enojados con Pence —su más fiel escudero hasta antes del asalto al Capitolio el 6 de enero— debido a que el exvicepresidente dijo que no tenía el poder para anular la victoria electoral del demócrata Joe Biden.
Pence rechazó las exigencias del magnate neoyorquino de no tomar parte en la lectura de votos del Colegio Electoral en el Congreso, argumentando que la Constitución de EE.UU. no le permitía. Su negativa llevó a que Trump, haciendo caso omiso a sus explicaciones, cargara contra él en un mitin celebrado muy cerca del edificio del Capitolio en Washington D.C.
A partir de este momento, los acontecimientos tomaron un rumbo inesperado desencadenándose en la toma del Capitolio por un grupo de manifestantes, arengados por Trump con su discurso repetitivo de fraude electoral para evitar que se validara a Biden como el 46.º presiente de EE.UU.
Durante el asalto al Capitolio, los manifestantes enojados coreaban: “¡Cuelguen a Mike Pence!”
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