“En este momento no es concluyente, pero el peso de las pruebas parece indicar que es natural, aunque no lo sabemos con certeza”, señaló el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de EE.UU., el general Mark Milley, en referencia a la pandemia del nuevo coronavirus, conocido también como COVID-19 o SARS-CoV-2, durante una rueda de prensa celebrada el martes en la sede del departamento de Defensa (el Pentágono).
Aunque hasta la fecha, el Pentágono había evitado pronunciarse sobre el origen del virus, el general, que ha comparecido ante la prensa junto con el secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, ha reconocido que ha habido “muchos rumores y especulaciones”, y que el departamento ha tenido “un gran interés” en este asunto.
El mandatario de EE.UU., Donald Trump, ha dicho en varias ocasiones que el nuevo coronavirus es “made in China”, aun cuando ni los científicos estadounidenses ni los del resto del mundo han hallado pruebas sólidas para probar el origen de la pandemia.
Sin embargo, pese a que el Gobierno de Trump intenta así echar la culpa de la pandemia a China y huir de la responsabilidad de la actual situación de su país por la crisis, el pasado marzo, el portavoz de la Cancillería china, Zhao Lijian, aseguró que el origen de la letal enfermedad se hallaba en realidad en EE.UU., señalando que el Ejército del país norteamericano podría haber llevado el nuevo coronavirus a la ciudad china de Wuhan, que se conoce como la fuente de la pandemia.
Por su parte, Philip Giraldi, exfuncionario de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. opina que su país podría haber “creado” al temido virus, en colaboración con Israel, como un arma de guerra biológica para dañar a China e Irán.
Las autoridades rusas también dan como buena esta teoría, subrayando que EE.UU. cuenta con varios laboratorios secretos cerca de China y Rusia y que, desde hace 20 años, tratan de crear una arma biológica contra los rusos, pero no han tenido éxito y, por eso, lo ha hecho contra los chinos.
Además, tras recoger muestras del ADN —ácido desoxirribonucleico que contiene las instrucciones genéticas usadas en el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos vivos— del virus entre la población china, los investigadores apuntaron a que este coronavirus podría haberse originado en otro lugar del mundo como EE.UU. y, de este modo, ha ido tomando fuerza la teoría de que el brote del coronavirus se originara en el país norteamericano.
La pandemia sigue propagándose muy rápido en el mundo, y ha infectado, hasta el momento, a casi 2 004 383 de personas en todo el orbe. Estados Unidos, por la negligencia de su Gobierno, con más de 614 000 casos diagnosticados y 26 064 muertes se ha convertido en el epicentro de la enfermedad.
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