La guerra de Vietnam es vista por los estadounidenses como una catástrofe, porque no solo concluyó con una derrota para el Ejército de EE.UU., sino que también desató la mayor ola de protestas en el país norteamericano y el Gobierno perdió el apoyo de la ciudadanía.
Ya han transcurrido 55 años desde que EE.UU. lanzara una campaña aérea que supuso el inicio de la guerra de Vietnam. En la contienda, el país norteamericano arrojó más de 7,5 millones de toneladas de bombas en Vietnam, Laos y Camboya, el doble de la cantidad arrojada sobre Europa y Asia durante la Segunda Guerra Mundial.
Con la guerra de Vietnam, EE.UU. no consiguió los resultados que tenía planeados y lo único que trajo consigo el conflicto fueron consecuencias desastrosas para el país asiático y la pérdida de cientos de miles de vidas, en su mayoría de civiles.
En el siguiente gráfico se recoge el número de bombardeos y ofensivas terrestres llevados a cabo por los 10 aviones más utilizados del arsenal de los aliados. Curiosamente, la mayoría de estos aviones son modelos de un solo asiento y no grandes bombarderos estratégicos.
Tan solo para finales de 1965 los aviones de combate estadounidenses realizaron casi 55 000 misiones de combate y lanzaron cerca de 43 000 toneladas de bombas. Solo aquel año, durante las misiones dirigidas contra Vietnam, EE.UU. perdió 170 aeronaves.
Quizás la frase que mejor recoge el enfoque estadounidense respecto a la guerra de Vietnam sea la pronunciada por el general Curtis Le May, de la Fuerza Aérea de EE.UU., quien prometió bombardear el país asiático para “traerlo de vuelta a la Edad de Piedra”. No obstante, a pesar de todos sus esfuerzos, Washington fracasó a la hora de quebrantar el espíritu del pueblo vietnamita. Al final, EE.UU. se retiró de Vietnam en marzo de 1973.
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