“Nos oponemos a la ofensiva militar de las fuerzas de Jalifa Haftar e instamos al cese inmediato de estas operaciones militares contra la capital libia”, exige el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo.
En un comunicado emitido el domingo, Pompeo rechazó “la solución militar para el conflicto de Libia”, pues la solución política es la única manera de proporcionar un plan de seguridad y estabilidad a todos los libios, aseveró.
Estados Unidos, agregó, continúa presionando a los líderes libios para que regresen a las negociaciones políticas mediadas por el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Libia, Ghassan Salame.
Nos oponemos a la ofensiva militar de las fuerzas de Jalifa Haftar e instamos al cese inmediato de estas operaciones militares contra la capital libia”, declara el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo.
El Gobierno libio ha lanzado una contraofensiva a gran escala para neutralizar la ofensiva militar lanzada el jueves por el general Haftar, a la cabeza del llamado ENL —apoyado por Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU)— para tomar la ciudad de Trípoli.
En 2011, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) manipuló el texto de una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) sobre la necesidad de garantizar la seguridad de la población libia y lanzó una intervención militar en el país norteafricano so pretexto de restaurar la seguridad.
No obstante, la invasión occidental a Libia y el subsiguiente vacío de poder creado con la caída del exdictador libio Muamar Gadafi sumergieron a este país en un profundo caos. Desde entonces en Libia existen dos facciones principales: el Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN), liderado por Fayez al-Sarraj, con sede en Trípoli —que está promovido por las Naciones Unidas—, y el otro, liderado por el general Jalifa Belqasim Haftar, con sede en la ciudad de Tobruk (este).
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