“La amenaza submarina rusa es una amenaza real. Son muy competentes, muy operativos”, aseguró el miércoles el vicealmirante Lewis, en una conferencia celebrada en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, en Washington, la capital de Estados Unidos.
No obstante, el militar estadounidense matizó que la Segunda Flota de la Marina del país norteamericano está lista para contrarrestar esa ‘amenaza’ rusa y, en esta vía, ha indicado que ha actualizado un grupo de submarinos.
La Segunda Flota de EE.UU. fue creada en 1950 y jugó un papel importante en el enfrentamiento con la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) durante la Guerra Fría. En 2011, se disolvió durante la presidencia de Barack Obama como parte de las medidas de reducción de los costos militares. Esta flota se reactivó a principios de este año.
Tras afirmar que la presencia militar de Rusia en los países bálticos “ha intensificado las tensiones en la región a niveles no vistos desde el final de la II Guerra Mundial”, Lewis reconoció el papel adecuado que desempeña Moscú en dicha región.
“Los rusos son expertos en quedarse en esa región (…) operan bastante bien a ese nivel”, recalcó el vicealmirante Lewis.
La amenaza submarina rusa es una amenaza real. Son muy competentes, muy operativos”, dice el comandante de la Segunda Flota de la Marina estadounidense, el vicealmirante Andrew Lewis.
En otras partes de sus declaraciones, Lewis se refirió a la escalada de tensiones entre Moscú y Kiev, a raíz del incidente del domingo en el mar de Azov, y tachó el hecho de una “violación flagrante” por parte de Rusia.
“Obviamente, fue una violación flagrante del derecho internacional. Creo que fue un uso arrogante de la fuerza lo que lesionó a los marineros ucranianos”, aseveró Lewis.
El domingo pasado, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) informó de la detención de tres buques ucranianos que entraron en el estrecho de Kerch, en la estratégica zona del mar de Azov, situado entre Crimea (anexionada en 2014 a Moscú) y el sureste de Ucrania (escenario de un conflicto que enfrenta a Ucrania y a independentistas), sin haber solicitado permiso a las autoridades rusas.
La Cancillería rusa declara que las autoridades ucranianas buscan, a través del suceso de Azov, puntos de cara a las elecciones presidenciales, previstas para el 31 de marzo de 2019.
Previo a la detención de los barcos ucranianos, la libre navegación en el mar de Azov se había complicado desde hacía meses después de que guardacostas ucranianos detuvieran dos barcos rusos que habían visitado Crimea.
Moscú catalogó la medida de Kiev de “terrorismo marítimo” y contestó con el endurecimiento de los controles en la zona rusa del mar de Azov.
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