El senador republicano Lindsey Graham advirtió el domingo de que, si la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por su acrónimo del inglés) de EE.UU. confirma que el príncipe ordenó el asesinato del periodista, el Senado aprobará una resolución para sancionarlo.
Graham, que hizo esta declaración a la página web AXIOS, aseguró que “lo que también haría en la resolución es mirar otro comportamiento de Bin Salman que ha sido muy errático y perturbador: el manejo de la guerra de Yemen, el extraño episodio con el primer ministro de El Líbano y el embargo a Catar”.
El legislador, que preside el comité judicial del Senado, añadió que él y el senador demócrata Bob Menéndez están trabajando en sanciones más severas contra Arabia Saudí como castigo por el asesinato de Khashoggi, el pasado 2 de octubre en el consulado saudí en la ciudad turca de Estambul.
Lo que también haría en la resolución es mirar otro comportamiento de Bin Salman que ha sido muy errático y perturbador: el manejo de la guerra de Yemen, el extraño episodio con el primer ministro de El Líbano y el embargo de Catar”, ha indicado el senador republicano estadounidense Linsey Graham, en declaraciones a la página web AXIOS.
Respecto los estrechos lazos de EE.UU. con Arabia Saudí, Graham afirmó que su país no puede “tener una relación estratégica y normal con alguien tan loco (Muhamad bin Salman)”. “Todo estaría sobre la mesa” para castigar a Arabia Saudí, incluido el bloqueo de la venta de armas, dijo el senador.
Fuentes de los servicios de inteligencia turcos ya habían informado con anterioridad de que en la muerte de Khashoggi hay implicados altos funcionarios saudíes. El propio presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha afirmado que el asesinato del periodista, crítico con los Al Saud, fue ordenado por autoridades de alto nivel de Arabia Saudí.
La Fiscalía del régimen de Riad reconoció el 15 de noviembre que Khashoggi fue drogado y descuartizado, pero eximió al príncipe heredero de responsabilidad en el crimen.
Mientras el caso Khashoggi ha generado especulaciones sobre la posibilidad de que el príncipe heredero saudí, de 33 años, sea desplazado del camino al trono, según algunos analistas este peligro parece haber disminuido debido al respaldo de Washington.
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