Publicada: miércoles, 4 de junio de 2025 15:16

La exministra de Asuntos Exteriores de Alemania y ferviente defensora del sionismo y promotora de la guerra es premiada con un alto cargo en la ONU.

Por: Ivan Kesic

La exministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock—reconocida defensora del sionismo y promotora de la guerra—ha sido elegida como nueva presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), provocando desconcierto y críticas en todo el mundo.

Activistas por los derechos humanos y defensores de la causa palestina consideran esta designación como una afrenta a las víctimas palestinas de la actual guerra genocida impulsada por Israel y Estados Unidos, la cual ha cobrado más de 54 000 vidas desde octubre de 2023, en su mayoría mujeres y niños.

Craig Mokhiber, abogado de derechos humanos y exfuncionario de la ONU, criticó con dureza la designación de Baerbock en una publicación en X (antes Twitter), denunciando que la organización la ha puesto a cargo para “supervisar su decadencia acelerada”.

“Las Naciones Unidas nacieron en oposición a los criminales de guerra alemanes. Hoy, han elegido a una criminal de guerra alemana para dirigir su progresivo colapso”, escribió.

“Ochenta años después, el Reich cobra su venganza con Annalena Baerbock como presidenta de la AGNU, en medio de un genocidio que ella ha apoyado con entusiasmo”, indicó.

Se refería a los atroces crímenes de guerra perpetrados por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, los cuales impulsaron a los líderes mundiales de la época a crear un organismo llamado Naciones Unidas tras el conflicto.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue establecida en 1945 con la firma de la Carta de la ONU por 51 países, en reemplazo de la ineficaz Sociedad de Naciones, y concebida en gran medida como una respuesta a los crímenes de guerra cometidos por el régimen nazi.

Annalena Baerbock, figura prominente del Partido Verde alemán, asumirá la presidencia de la Asamblea General de la ONU durante su 80ª sesión, que comenzará en septiembre de 2025.

La elección tuvo lugar el 2 de junio de 2025, donde se presentó sin oposición y obtuvo el cargo con una mayoría simple de 167 votos. Su investidura está prevista para el 9 de septiembre de 2025, justo antes del debate general de la Asamblea.

Este cargo, que tiene una duración de un año, es fundamentalmente ceremonial y conlleva la responsabilidad de organizar y presidir las sesiones plenarias de los 193 Estados miembros, garantizando que todas las voces sean escuchadas y promoviendo el consenso diplomático.

La nominación de Baerbock por parte del gobierno alemán, encabezado por el canciller Olaf Scholz, se produjo tras la exclusión del Partido Verde de la nueva coalición gubernamental surgida tras las elecciones de febrero de 2025.

La decisión generó controversia, ya que Alemania había nominado inicialmente a la diplomática Helga Schmid para el cargo. Schmid, exsecretaria general de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), llevaba casi un año preparándose para el puesto, habiendo sostenido reuniones con más de cien embajadores de la ONU.

La nominación de Baerbock a última hora fue criticada por numerosos sectores, incluido el exembajador alemán ante la ONU, Christoph Heusgen, quien la calificó como una maniobra “motivada por intereses personales” que socava la credibilidad de Alemania.

Las encuestas indicaron que el 57 % de los alemanes percibieron negativamente su designación, percepción reflejada en publicaciones en redes sociales que la tildaron de “la ministra más incompetente de la historia”.

“La alemana Annalena Baerbock, que ni siquiera sabe hablar correctamente alemán, mucho menos inglés, que fue la ministra más inepta de todos los tiempos y cuya titulación universitaria es incluso falsa, ahora obtiene el puesto más alto en la ONU, lo que demuestra que Occidente es una entidad en decadencia”, escribió la periodista Sonja Van Den Ende.

Animadora del sionismo

Además de en su propio país, la nominación y elección de Baerbock han suscitado críticas a nivel internacional, particularmente por sus posturas favorables al régimen sionista y su respaldo a la guerra genocida sin restricciones contra los palestinos en Gaza.

Durante su mandato como ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, entre diciembre de 2021 y principios de 2025, enfrentó una oleada de condenas por parte de activistas, académicos y comentaristas políticos debido a sus declaraciones y posicionamientos.

El firme apoyo de Baerbock al régimen israelí, enraizado en la política sionista alemana posterior a la Segunda Guerra Mundial y en el concepto de Staatsräson (la “seguridad” de Israel como un interés nacional alemán), fue objeto de duras críticas por su parcialidad y su indiferencia hacia los derechos del pueblo palestino.

Sus declaraciones solían subrayar el supuesto “derecho a la autodefensa” de Israel, al tiempo que ofrecía escasa o nula crítica hacia las acciones genocidas del régimen, especialmente tras los acontecimientos del 7 de octubre de 2023.

Legitimó los ataques israelíes contra civiles, y el 10 de octubre de 2024 afirmó ante el Bundestag que “los sitios civiles en Gaza podrían perder su estatus de protección si son utilizados por HAMAS (Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina)”, lo que provocó una reacción generalizada de rechazo.

Una carta firmada por 300 académicos, organizada por el Palestine Academic Group, la acusó de “repetir mecánicamente la antigua narrativa israelí del escudo humano”, una afirmación sionista que ha sido reiteradamente desacreditada como pretexto para atacar a civiles en Gaza.

Sostuvieron que Baerbock ignoró el derecho internacional, según el cual el régimen israelí, como potencia ocupante, no puede invocar el derecho a la “autodefensa”, y exigieron que rectificara sus declaraciones y ofreciera disculpas a la población civil palestina.

Las protestas celebradas en Berlín el 21 de octubre de 2024 reflejaron este sentir, con manifestantes coreando: “Annalena Baerbock, disparar a mujeres embarazadas en el vientre no es autodefensa”, acusándola de justificar los ataques genocidas de Israel contra infraestructuras civiles como hospitales y escuelas.

Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para los territorios palestinos ocupados, criticó el discurso de Baerbock de octubre de 2024, señalando que, si bien los sitios civiles pueden perder su estatus protegido bajo el derecho internacional si son utilizados con fines militares, causar un daño desproporcionado a civiles sigue siendo ilegal, un matiz que las declaraciones de Baerbock pasaron por alto.

El periodista Afshin Rattansi afirmó que ella “respaldó con entusiasmo los bombardeos israelíes contra escuelas y palestinos inocentes en Gaza, justificándolos como ataques contra HAMAS”.

“El hecho de que esta criminal de guerra pueda ostentar el título de presidenta de la Asamblea General de la ONU, en lugar de pasar el resto de sus días encerrada en La Haya, demuestra que el llamado ‘orden basado en reglas’ no era más que un eufemismo para el barbarismo colonial”, escribió en X.

La activista británica Sarah Wilkinson también expresó su rechazo a la designación a través de sus redes sociales.

“Un desastre para la ONU y el derecho internacional, si Annalena Baerbock, quien financió, armó y respaldó el #GazaGenocide, está destinada a presidir la Asamblea General de la ONU”, repudió Wilkinson.

Cómplice del genocidio en Gaza

Activistas de todo el mundo han señalado la hipocresía de Baerbock al apoyar las acciones genocidas de Israel, mientras ofrecía una ayuda humanitaria mínima a los palestinos en Gaza.

Manifestantes en Berlín acusaron a Alemania de “alimentar a Israel con armas y dinero” mientras enviaba ayuda a Palestina para “lavarse las manos ensangrentadas”.

Baerbock fue denunciada por no equilibrar el apoyo de Alemania al régimen israelí con una preocupación equivalente por el sufrimiento palestino, siendo calificada por muchos como una “animadora del sionismo” que condujo al Partido Verde hacia políticas reaccionarias.

Medios de comunicación informaron que sus seis visitas de solidaridad a los territorios palestinos ocupados, contrastadas con su mínima crítica a las acciones genocidas de Israel, ignoraban tanto el decoro diplomático como el derecho internacional, en el cual supuestamente posee una titulación académica.

MERA25 y DiEM25, dos partidos políticos alemanes, lanzaron una petición el 22 de octubre de 2024 exigiendo la dimisión de Baerbock, acusándola de complicidad en “genocidio y apartheid” mediante el apoyo diplomático y militar de Alemania a los crímenes cometidos por Israel.

Citaron su fracaso para abordar los hallazgos del Instituto Lemkin y expertos de la ONU sobre las acciones genocidas israelíes en Gaza, donde para octubre de 2024 habían muerto más de 42 600 personas, en su mayoría mujeres y niños.

Su “política exterior feminista” fue considerada una burla, ya que deshumanizó a las víctimas palestinas, empañando la reputación internacional de Alemania.

En marzo de 2024, el Carnegie Endowment con sede en EE.UU. señaló que el apoyo incondicional de Alemania al régimen israelí bajo Baerbock la aislaba globalmente, contradiciendo su compromiso declarado con el derecho internacional y la democracia.

Los críticos también la acusaron de un “Täter-Opfer-Umkehr” (inversión de perpetrador y víctima), mostrando escaso entendimiento de la seguridad internacional mientras ignoraba los derechos palestinos.

Su crítica moderada a la violencia de colonos israelíes en Cisjordania ocupada, pidiendo enjuiciamientos, pero sin imponer sanciones, fue vista como insuficiente, especialmente cuando Alemania incrementó sus exportaciones militares al régimen israelí diez veces desde 2022.

El enfoque de Baerbock hacia Irán, particularmente su apoyo a la postura israelí contra Irán y el Eje de la Resistencia, también fue objeto de escrutinio. Sus detractores argumentaron que sus políticas podrían alimentar un conflicto regional.


Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.