“Estamos constantemente en contacto con China. Las cosas avanzan pero aún es demasiado pronto para saber hasta dónde llegaremos”, sostuvo el martes la embajadora estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Nikki Haley, dirigiéndose a los periodistas.
Haley agradeció la “seriedad” de los representantes chinos en los diálogos al respecto, sin embargo, reconoció que la “verdadera prueba” será la posición que tomará Rusia, país con capacidad de veto en el CSNU.
Washington presentó a Pekín un proyecto de resolución hace casi tres semanas para imponer sanciones más duras a Pyongyang por el lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés) el 4 de julio. No obstante, la diferencia de opiniones no ha permitido hasta ahora someter a votación dicho texto.
EE.UU. y Rusia tienen diferentes puntos de vista sobre el tipo de misil lanzado por Corea del Norte: Moscú lo identifica como un misil de medio alcance. Pero Washington insistió el martes en que “todos” los expertos coinciden en que fue un misil balístico intercontinental.
“Sabemos que China ha estado hablando y negociando con Rusia, por lo que mientras ellos siguen así, vamos a continuar vigilando para asegurarnos de que es una resolución contundente”, precisó Haley.
Estamos constantemente en contacto con China. Las cosas avanzan pero aún es demasiado pronto para saber hasta dónde llegaremos”, sostuvo el martes la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley.
A su vez, el embajador chino ante la ONU, Liu Jieyi, constató avances y destacó que las partes están trabajando con el objetivo de llegar a un acuerdo al respecto. No obstante, indicó que “hace falta tiempo” para limar las diferencias que aún persisten.
En este contexto, el vicecanciller ruso, Guennadi Gatilov, rechazó el lunes ciertos detalles del mencionado proyecto de resolución del CSNU, ya que, a su juicio, podrían “sofocar” la economía norcoreana.
Tras la prueba misilística norcoreana, Rusia y China, en una sesión del CSNU, tildaron las acciones de Pyongyang de “inaceptables” pero al mismo tiempo advirtieron de que la respuesta militar —amenaza de EE.UU.— no debe ser una opción para resolver la tensión en la península coreana.
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