En su informe titulado 'Enfrentando Muros: Violaciones de los derechos de los solicitantes de asilo en Estados Unidos y México', publicado este jueves, AI ha señalado que las investigaciones realizadas desde el mes de febrero concluyen que las medidas tomadas por el presidente de EE.UU., Donald Trump, entre las que se encuentra la orden ejecutiva sobre el control fronterizo y la inmigración dictada en enero, incumplen el derecho internacional.
"La estrategia del muro fronterizo del presidente Trump no reconoce que, si quieren vivir, estas personas no tienen más opción que huir de sus hogares. El muro de Trump, sus cuestionables órdenes y sus centros, cada vez más numerosos, de detención para inmigrantes no impedirán que la gente trate de entrar en Estados Unidos", explica la directora para las Américas de AI, Erika Guevara-Rosas.
La ONG advierte, asimismo, de que el control fronterizo, además de los problemas que causa a los inmigrantes y solicitantes de asilo, aumenta el tráfico de personas y crea una situación de la que pueden aprovecharse las mafias, aumentando su violencia.
La estrategia del muro fronterizo del presidente Trump no reconoce que, si quieren vivir, estas personas no tienen más opción que huir de sus hogares. El muro de Trump, sus cuestionables órdenes y sus centros, cada vez más numerosos, de detención para inmigrantes no impedirán que la gente trate de entrar en Estados Unidos", explica la directora para las Américas de AI, Erika Guevara-Rosas.
"El viaje, ya de por sí peligroso, de decenas de miles de personas refugiadas se ha vuelto aun más mortal gracias a la orden ejecutiva sobre control fronterizo e inmigración dictada por el presidente Trump, así como por las arraigadas e imprudentes prácticas de México", precisa el informe.
Según Guevara-Rosas, ambos países son socios en el crimen y están fraguando una incipiente catástrofe de derechos humanos. A su juicio, EE.UU. está construyendo “un sistema cruel y hermético” para evitar que las personas que lo necesitan reciban protección internacional, y “México está demasiado dispuesto a desempeñar el papel de portero de Estados Unidos”.
Trump, desde su campaña electoral y tras asumir el cargo de presidente de Estados Unidos, pese a la crítica nacional e internacional, sigue insistiendo en construir un muro entre EE.UU. y México, y está decidido a levantar “vallas” en “ciertas áreas” de los más de 3000 kilómetros de frontera que separan a los dos países.
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