Hoy, el Ministerio de Sanidad palestino realizó un entierro colectivo de los cuerpos de 54 mártires palestinos asesinados en las cárceles de la ocupación israelí. La ceremonia comenzó con una rueda de prensa de la Oficina de Medios del Gobierno, donde se aseguró que muchos de los cuerpos presentan signos de tortura, ahorcamiento y fusilamiento, evidencias de ejecuciones deliberadas durante su detención.
Posteriormente, los cuerpos fueron trasladados desde el Hospital Nasser en Jan Younes hacia un cementerio conjunto en la gobernación de Deir Al-Balah, donde fueron enterrados en una fosa común, en presencia de sus familiares y bajo la supervisión de comités especializados. Las familias exigieron justicia para sus hijos, dejando claro que la entrega de los cuerpos no representa un cierre, sino un recordatorio del sufrimiento y la impunidad que enfrentan los palestinos bajo ocupación.
Este funeral se convierte en un acto de resistencia y denuncia frente a las violaciones cometidas contra los prisioneros palestinos. Las autoridades responsabilizan a la ocupación y exigen justicia antes la comunidad internacional.
Desde Gaza, este caso reabre una nueva herida colectiva y refuerza un mensaje: los crímenes contra los prisioneros no se olvidan, y la búsqueda de justicia continua, incluso después de la muerte.
Huda Hegazi, Gaza
hae/rba