Mediante un comunicado emitido el viernes, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), volvió a condenar el asalto de la policía ecuatoriana a la embajada de México en Quito, el pasado 5 de abril, para detener, de manera ilegal, al vicepresidente ecuatoriano Glas. La alianza regional pidió además al país andino que respete el estatus de asilado que concedió México a Glas.
El secuestro de Glas —acusado por las autoridades ecuatorianas de supuestamente malversar fondos gubernamentales destinados a ayudar en la reconstrucción de la provincia costera de Manabi después del devastador terremoto de 2016— ha desatado una crisis diplomática entre México y Ecuador. El país azteca rompió sus relaciones diplomáticas con Quito y presentó una demanda contra el país sudamericano ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
En esta línea, ALBA-TCP expresó su apoyo a México en relación con el pedido de acciones provisionales demandadas ante la CIJ, y llamó a Ecuador a evitar “cualquier acto o conducta que pueda exacerbar la controversia en curso”.
“El secuestro del exvicepresidente Glas, así como las subsiguientes acciones ejercidas en su contra, son una violación a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y otras normas del Derecho Internacional”, se lee en la nota.
Los miembros de ALBA-TCP denunciaron además la aplicación de lawfare —es decir el uso de procesos judiciales para llevar a cabo una persecución por motivos políticos— contra Glas y expresaron su apoyo a acciones legales internacionales que se lleven a cabo para garantizar la vida e integridad del exvicepresidente ecuatoriano.
Hicieron además un llamado para que Quito se retracte de actos que “atentan contra la paz y estabilidad de la región y emita el salvoconducto que legalmente le corresponde al exvicepresidente Glas”.
Vicepresidente en el Gobierno izquierdista de Rafael Correa desde 2013 hasta 2017 y luego vicepresidente de Lenín Moreno, entre 2017 y 2018, Glas es uno de los personajes centrales en la disputa política interna del país andino entre el correísmo y otros sectores políticos.
Glas, quien está recluido en una prisión de máxima seguridad en Guayaquil tras ser secuestrado en la embajada mexicana, dice haber sido víctima de tortura durante su detención y denuncia ser blanco de “persecución política” por parte de las autoridades judiciales de su país.
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