“Me he trasladado a la ciudad de Guayaquil (ubicada a unos 421 kilómetros al suroeste de Quito, capital) y he trasladado la sede del Gobierno a esta querida ciudad de acuerdo a las atribuciones constitucionales que me competen, siempre he antepuesto la paz y la tranquilidad de los ecuatorianos antes que mi propio bienestar”, dijo el lunes el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, en un mensaje transmitido en la cadena nacional.
Asimismo, en su mensaje a la nación, se refirió a los actos de violencia que se han sucedido durante los cinco días de protestas, y señaló que este tipo de actuaciones “demuestran una intención política de desestabilizar al Gobierno y romper el orden democrático constituido”.
En los últimos días, muchos ecuatorianos han salido a las calles de diversas ciudades del país para rechazar las nuevas medidas económicas de Moreno, quien anunció el pasado 2 de octubre una serie de disposiciones para “reactivar” la economía, entre las que destacan la eliminación de los subsidios a los combustibles y la reducción de las prestaciones salariales a los empleados públicos contratados de forma temporal.
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Me he trasladado a la ciudad de Guayaquil (ubicada a unos 421 kilómetros al suroeste de Quito, capital) y he trasladado la sede del Gobierno a esta querida ciudad de acuerdo a las atribuciones constitucionales que me competen, siempre he antepuesto la paz y la tranquilidad de los ecuatorianos antes que mi propio bienestar”, dijo el presidente de Ecuador, Lenín Moreno.
Las protestas se intensificaron el fin de semana, con cientos de detenidos, varios heridos y un muerto. El lunes, comunidades indígenas marcharon también a Quito para sumarse a las movilizaciones, aunque fueron recibidos con gases lacrimógenos por la Policía.
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El cambio de sede del Gobierno tuvo lugar pocas horas después de que las Fuerzas Armadas evacuaran el Palacio de Carondelet, sede de la Presidencia, según dijeron a trabajadores y comunicadores que esperaban una rueda de prensa del mandatario ecuatoriano, por motivos de seguridad.
Moreno ganó las elecciones presidenciales con la promesa de mantener la política de bienestar social de su predecesor y correligionario en el movimiento Alianza País (AP), Rafael Correa, pero, tras asumir el cargo, se distanció del líder izquierdista y empezó a adoptar medidas económicas neoliberales.
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