El BCE estudiará el jueves próximo si tiene que modificar de nuevo el techo de este mecanismo que ha tomado el relevo de la financiación de los bancos en Grecia tras la supresión de un régimen de favor del que se beneficiaban para obtener liquidez de la institución europea.
Antes, los bancos griegos podían obtener dinero con el aval de la deuda del Estado griego en sus cuentas. El BCE, que hizo una excepción con la deuda griega por su alto riesgo, puso fin a ese canal de financiación tras la llegada al poder de Alexis Tsipras de la Coalición de la Izquierda Radical Syriza, debido a su deseo de poner fin al programa de rescate europeo.
De esta forma, el BCE no abandona a los bancos griegos, pero les raciona el crédito, que cuesta más caro que los préstamos avalados con obligaciones.
Este mes, Grecia tiene que reembolsar 6000 millones de euros, de ellos 1500 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI) y todavía no está claro de dónde los sacará.
Por el momento se financia con la emisión de títulos de deuda del tesoro a tres y seis meses que prácticamente solo compran los bancos griegos.
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