En una entrevista publicada este jueves, el portavoz del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el general de brigada Ali Mohamad Naini, ha señalado que el objetivo de los enemigos en la guerra de 12 días en junio pasado era dividir a Irán y derrocar a la República Islámica, y sus planes incluían un ataque amplio y rápido para destruir las capacidades, los comandantes y los centros de mando de Irán, y creían que el pueblo los apoyaría, pero sus esfuerzos sufrieron una dura derrota.
Ha resaltado que, en el octavo día de la guerra, impuesta por Israel contra Irán, la ecuación cambió y si Irán hubiera seguido disparando misiles durante dos semanas, el régimen sionista habría sido destruido.
“El régimen sionista no pudo defenderse, e incluso Estados Unidos no pudo defender su base, que fue atacada con 14 misiles, 6 de los cuales alcanzaron sus objetivos”, ha agregado al respecto.
El general Naini ha aclarado que Irán siempre está listo para defenderse y responder a cualquier ataque, y que cualquier agresión enemiga será respondida con una respuesta aplastante y devastadora.
“Irán tiene fuerzas y centros de poder que aún no han sido desplegados, y la entrada de estas fuerzas podría romper la columna vertebral del enemigo”, ha advertido.
El vocero del CGRI ha sostenido que Irán no buscaba ampliar el alcance de la guerra y, por lo tanto, no utilizó sus fuerzas navales en el conflicto registrado.
El general Naini ha asegurado que si comienza una nueva guerra contra Irán, el tipo de respuesta, la geografía y las unidades participantes serán completamente diferentes y tomarán al enemigo por sorpresa.
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Según el titular castrense iraní, hasta el momento 120 países de todo el mundo han condenado el ataque de Israel a Irán.
La guerra de 12 días estalló el 13 de junio, cuando Israel lanzó una agresión sin motivo contra el país persa, atacando instalaciones militares, nucleares y civiles en Teherán y otras ciudades.
Irán respondió la agresión con fuerza lanzando cientos de misiles balísticos y drones contra objetivos estratégicos israelíes en los territorios ocupados en el marco de la operación sin precedentes ‘Verdadera Promesa III’, y un ataque de represalia contra la mayor base estadounidense en la región, lo que logró detener el asalto ilegal e imponer un alto el fuego a los agresores el 24 de junio.
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