En una entrevista publicada este martes por la cadena local Al-Alam, el subcomandante de Operaciones CGRI de Irán, el general Abás Nilforushan, ha aseverado que, hoy en día, cualquier enemigo que pretenda invadir el país persa, ha de saber que puede comenzar la guerra, pero no terminarla.
Tras haber destacado la excelente capacidad disuasiva del país, el general iraní ha sostenido que Irán ha demostrado solo parte de su poderío militar y el enemigo será enfrentado con otro aspecto de la capacidad defensiva de Irán en los campos de batalla.
En este contexto, ha precisado que el CGRI no bromea con nadie ni pide permiso a la hora de proteger los logros de la Revolución Islámica. “Bajo ninguna circunstancia, no permitiremos que se forme una amenaza cerca de las fronteras del país”, ha afirmado.
De hecho, ningún país aceptará la formación de amenazas contra sí cerca de sus fronteras, agrega en referencia a las recientes operaciones militares de Irán contra las posiciones de los grupos terroristas en la región del Kurdistán de Irak.
“Golpearemos a los antirrevolucionarios dondequiera que se encuentre su bastión y sea fuente de operaciones, o dirija y lidere los actos terroristas contra la República Islámica de Irán”, ha asegurado el general Abás Nilforushan.
Desde el pasado 24 de septiembre, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán ha lanzado una serie de ataques con misiles y aviones no tripulados (drones) contra las posiciones de los grupos terroristas y antirrevolucionarios afiliados a la arrogancia mundial anidados en Kurdistán de Irak.
Los ataques de Irán contra los grupos terroristas son una represalia por enviar fuerzas y armas para avivar los disturbios en Irán y atacar algunos de los puestos de vigilancia fronterizos del país persa. Irán ha asegurado que seguirá atacando a los terroristas hasta su desarme total.
Según la evaluación de seguridad hecha en el país persa, los enemigos de Irán buscaban una oportunidad para crear un ambiente inseguro en la República Islámica y la trágica muerte de la joven iraní Mahsa Amini, de 22 años, se convirtió en un pretexto para que ellos pusieran en marcha sus planes separatistas.
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