“En los últimos años, hemos alcanzado logros significativos en el campo de la lucha terrestre, especialmente en el campo de los misiles antitanque, superficie-superficie y bombas guiadas, vehículos tácticos y armas inteligentes”, ha aseverado este martes el general de brigada Amir Hatami.
El titular iraní ha señalado estos logros de la industria defensiva de Irán en una reunión con los miembros de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento iraní en Teherán (capital iraní). Esta cita se ha llevado a cabo después de que los legisladores visitaran una exposición que mostraba los últimos avances del Ministerio de Defensa en la lucha terrestre.
El alto mando castrense iraní ha considerado el fortalecimiento y la mejora del poderío misilístico el primer objetivo de su Ministerio en sus planificaciones y ha aludido al avance de las destrezas del país persa en los campos de la defensa aérea y el combate aéreo, naval y terrestre, como otras de las prioridades de la industria de la defensa.
“Hemos intentado utilizar todas las capacidades nacionales para la creación del máximo poderío posible”, ha agregado.
Hatami ha resaltado, además, que la industria de la defensa de la República Islámica ha cubierto las diversas necesidades de las Fuerzas Armadas, a pesar de la presión de la que ha sido objeto Irán en la era de “las máximas y opresivas sanciones” de EE.UU.
A este respecto, ha agregado que, pese a las opresivas sanciones, la industria de la defensa ha podido aportar conocimientos técnicos al sector civil, incluidas las industrias automotriz, petrolera, petroquímica, ferroviaria, de telecomunicaciones y minera, y “con esta política se neutralizó parte de la presión de las sanciones”.
En años recientes, pese a los embargos de EE.UU., Irán ha logrado importantes avances en su sector de la defensa, y ha conseguido ser autosuficiente en la producción de importantes equipos y sistemas militares.
La República Islámica de Irán ha asegurado, no obstante, en reiteradas ocasiones, que su capacidad militar es su línea roja y que su doctrina de defensa se basa completamente en la disuasión, por lo tanto, ha destacado que su poderío militar no representa amenaza alguna para los países de la región de Asia Occidental, ni para las demás naciones.
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