El portavoz de la Cancillería china, Wang Wenbin, ha dicho este miércoles que, aunque el Ejército de Estados Unidos se ha retirado de Afganistán, se debe investigar a fondo la masacre de civiles perpetrada por los militares estadounidenses y sus aliados durante los últimos 20 años que estuvieron en territorio afgano, y los responsables deben ser llevados ante la justicia.
Las declaraciones de Wang se producen en reacción a los recientes reportes de que los estadounidenses dispararon contra la población civil tras el atentado en la entrada del aeropuerto de Kabul el pasado jueves 26 de agosto.
Aunque el portavoz ministerial no se ha referido directamente sobre el mencionado incidente, ha mencionado casos anteriores en que civiles afganos murieron a causa de las acciones militares de Estados Unidos.
“Los datos muestran que al menos 47 245 civiles afganos murieron hasta abril de 2020 en la guerra de Afganistán lanzada por EE.UU.”, ha precisado el vocero chino.
En este sentido, Wang ha señalado que, en 2002, la Fuerza Aérea de EE.UU. llevó a cabo un ataque aéreo contra una boda en la provincia de Uruzgán que dejó más de una decena de muertos entre civiles y más de un centenar de heridos, mientras que, en 2008, las tropas norteamericanas mataron a casi 100 civiles durante un ataque contra un pueblo de la provincia de Herat.
Ha recordado también el bombardeo de las fuerzas de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) en la provincia afgana de Daikondi en 2010, que dejó al menos 33 muertos, así como un ataque con dron estadounidense en 2019, que mató por error a al menos 30 agricultores afganos en la provincia de Nangarhar.
Según Wang, el número de muertes de civiles en Afganistán, causadas por los ataques aéreos de EE.UU., supera con creces el anuncio oficial de la Casa Blanca.
A modo de colofón, el funcionario chino ha afirmado que las vidas y los derechos humanos del pueblo afgano deben ser salvaguardados. “Se trata del Estado de derecho internacional, la justicia y el progreso de los derechos humanos”, ha aseverado Wang.
El 15 de agosto, Talibán tomó el control de la capital afgana, Kabul, sin ninguna resistencia por parte de las fuerzas gubernamentales, entrenadas por EE.UU.
Según estima el proyecto “Costos de Guerra” de la Universidad Brown, la invasión de Estados Unidos a Afganistán segó la vida de más de 241 000 personas, entre ellas al menos 72 000 civiles. El mismo estudio informa que los contribuyentes estadounidenses gastaron 2,26 billones de dólares en esta guerra.
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