• El presidente de EE.UU., Donald Trump, y su secretario de Estado, Mike Pompeo, en una rueda de prensa en la Casa Blanca, 8 de abril de 2020.
Publicada: domingo, 10 de mayo de 2020 15:17
Actualizada: domingo, 10 de mayo de 2020 17:22

China ha preparado unas “24 mentiras absurdas” que le han imputado los principales políticos de EE.UU. sobre su gestión del brote del nuevo coronavirus.

En una publicación de 30 páginas y 11 000 palabras, emitida el sábado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China dio a conocer todos los comunicados que habían divulgado la semana pasada ante las insinuaciones de las autoridades norteamericanas acerca de que Pekín ocultó información vital sobre la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.

El artículo también cita varios informes de los medios de comunicación, que decían que los estadounidenses habían contraído la enfermedad vírica antes de que se confirmara el primer caso en China, refutando así los infundidos del secretario estadounidense de Estado, Mike Pompeo, quien había indicado recientemente que el coronavirus se originó en un laboratorio chino en Wuhan, principal epicentro del brote.

En esta nota, la Cancillería china también proporciona un cronograma de cómo el Gobierno de Pekín había brindado información a la comunidad internacional de manera “oportuna, abierta y transparente” para luchar contra la pandemia.

La declaración rechaza, además, todas las acusaciones occidentales sobre la muerte de Li Wenliang, uno de los primeros médicos en alertar de la propagación de la COVID-19 en Wuhan, aclarando que el hombre en cuestión no era un “denunciante” y que nunca fue arrestado.

 

Según varios medios occidentales, Li, un oftalmólogo del Hospital Central de Wuhan, fue detenido por el Gobierno chino cuando acudió a las autoridades para advertir de un cuadro vírico similar al de la crisis del SARS, la epidemia que en 2003 acabó con la vida de más de 700 personas.

A primeros de mayo, el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó también con imponer nuevos aranceles a Pekín y pidió una “recompensa” a China por no frenar la COVID-19.

La Casa Blanca ha apuntado el dedo acusador contra Pekín, mientras muchos expertos dicen que el virus es un arma biológica de EE.UU., fabricada en laboratorios secretos de Washington en otros países.

El Gobierno chino ha imputado, a su vez, al Ejército de EE.UU. el haber llevado el temido virus al país asiático durante su participación en los Juegos Mundiales Militares de Wuhan, en octubre de 2019.

myd/anz/ask/rba