“Elevamos nuestra enérgica protesta por la declaración final del G7 que menciona los mares de la China Oriental y de la China Meridional”, indica el comunicado difundido este domingo a través de la página Web del Ministerio de Exteriores de China.
Al concluir la cumbre celebrada en Italia, los líderes del Grupo de los Siete (G7) expresaron su preocupación por la situación en la zona de los mares de la China Oriental y de la China Meridional, —donde el gigante asiático y algunos de sus vecinos mantienen una disputa territorial— y llamaron a evitar cualquier acción capaz de aumentar las tensiones.
Los dirigentes de los siete países más industrializados del mundo —Alemania, Canadá, EE.UU., Francia, Italia, Japón y el Reino Unido— también confirmaron que se mantienen a favor de solucionar los litigios mediante el diálogo y el arbitraje.
No obstante, la postura del G7 le ha disgustado a Pekín desde donde el portavoz de la Cancillería, Lu Kang, ha instado al grupo a dejar de hacer “declaraciones irresponsables” y a desempeñar un papel constructivo en el mantenimiento de la paz y la estabilidad en esa región, según recoge el diario oficial chino Global Times.
Ha reiterado además, la clara y consecuente posición de Pekín respecto a dichos mares: “China siempre se ha pronunciado por arreglar los litigios mediante consultas y negociaciones”.
Elevamos nuestra enérgica protesta por la declaración final del G7 que menciona los mares de la China Oriental y de la China Meridional”, indica el comunicado difundido a través de la página web del Ministerio de Exteriores de China.
China reclama casi el 90 por ciento del mar de la China Meridional, incluidas zonas cercanas a las costas de muchos países del Sudeste Asiático, incluidos Vietnam y Filipinas.
El país asiático que denuncia los “actos provocativos” de Estados Unidos en el mar del Sur de China, afirma que Filipinas y Vietnam se aprovechan del apoyo de Washington para avivar la tensión en la región.
Pekín critica también, la posición de Washington respecto al litigio marítimo entre China y Japón en el mar Oriental, advirtiendo que la injerencia estadounidense en este tema podría “intensificar la disputa”.
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