Durante las protestas, convocadas por movimientos sociales y colectivos populares brasileños, los manifestantes portaron pancartas con frases en defensa de los derechos humanos, la democracia y contra el autoritarismo.
“¡Dictadura nunca más! (…) Es una amenaza para la democracia del país”, gritaban los congregados en el centro de la ciudad de Río de Janeiro (sureste), en alusión a Bolsonaro, candidato presidencial por el Partido Social Liberal (PSL).
En la ciudad de Joinville, estado de Santa Catarina (sur), participaron más de 2000 personas, mientras que, en Belo Horizonte, en el estado de Minas Gerais (sureste), acudieron más de 10 000 personas; en ambos escenarios para expresar su repudio al candidato ultraderechista.
Además, en el centro de Sao Paulo, la ciudad más grande de Brasil, cientos de mujeres se hicieron presentes con tambores y carteles que remarcaban ‘Él no, él nunca, él jamás’, ‘Fuera fascistas’, ‘Juntas somos más fuertes’, entre otros eslóganes.
“Él es un gran fascista. Si resulta electo va a acabar con las libertades, va a haber mucha persecución a las minorías”, advirtió uno de los participantes en una de las manifestaciones.
¡Dictadura nunca más! (…) Es una amenaza para la democracia del país”, corean los manifestantes contra el candidato presidencial del Partido Social Liberal (PSL) brasileño, Jair Bolsonaro.
Bolsonaro, acérrimo defensor de la última dictadura militar en Brasil (1964-1985), se ha caracterizado tanto por sus comentarios racistas como por su alineamiento con la política del presidente de EE.UU., Donald Trump.
Fernando Haddad, candidato presidencial por el Partido de los Trabajadores (PT), ha avisado de que la democracia de Brasil está amenazada por un posible retorno de la dictadura con la llegada de Bolsonaro al poder.
Entre tanto, en la marcha de Río de Janeiro, varios sindicatos pidieron la libertad del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien está encarcelado cumpliendo una sentencia de 12 años por acusaciones de corrupción y lavado de dinero. Él mismo dice ser víctima de una “masacre” mediática.
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