• Ministra de Exteriores del gobierno de facto de Bolivia, Karen Longaric, habla en una rueda de prensa en La Paz, 29 de noviembre de 2019. (Foto: AFP)
Publicada: martes, 31 de diciembre de 2019 11:26
Actualizada: martes, 31 de diciembre de 2019 18:55

Tras la expulsión de diplomáticos españoles y la reacción de Madrid, el gobierno de facto de Bolivia llama a fortalecer las relaciones de los dos países.

Las relaciones bilaterales con España no pueden detenerse, tienen que seguir su curso y tenemos que reencontrarnos y fortalecer las relaciones”, indicó el lunes la ministra de Exteriores del gobierno de facto boliviano, Karen Longaric.

Sus declaraciones se produjeron en el mismo día que la presidenta autoproclamada de Bolivia, Jeanine Áñez, declaró personas no gratas a la embajadora de México en Bolivia, María Teresa Mercado, a la encargada de Negocios de España en Bolivia, Cristina Borreguero y al cónsul español, Álvaro Fernández, ordenando que abandonen el país andino en un plazo de 72 horas por “lesionar” la soberanía nacional.

Las autoridades bolivianas acusan a los diplomáticos de un supuesto intento de sacar el 27 de diciembre a un ministro del depuesto presidente, Evo Morales, asilado en la embajada de México en La Paz, capital administrativa del país suramericano.

 

Longaric argumentó que el gobierno de Áñez decidió la medida porque los diplomáticos españoles “violaron” las normas nacionales e internacionales al visitar la residencia de la embajadora mexicana, pues fue “una cuestión de dignidad nacional” para Bolivia.

Sin embargo, España enfatiza que el encuentro solo fue una visita “de cortesía” a los antiguos funcionarios gubernamentales de Bolivia y recurrió a un acto recíproco expulsando a 3 diplomáticos bolivianos de su territorio nacional.

Al respecto, la canciller interina espera que “en las próximas semanas” se renueve la relación diplomática entre la nación andina y el país azteca.

Evo Morales, que había sido reelegido en octubre para un cuarto mandato, debido a una persecución contra sus simpatizantes y la falta de apoyo de la Policía y las Fuerzas Militares, se vio obligado a renunciar el 10 de noviembre y se asiló en México. 

Desde entonces, las relaciones entre Bolivia y México atraviesan momentos de tensión debido a la negativa del Gobierno del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a reconocer el gobierno de Jeanine Áñez, quien se autoproclamó presidenta de Bolivia, luego de la renuncia forzada de Morales.

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