Las mujeres rohingyas lavan la ropa sin vías de saneamiento ni garantías básicas de higiene. Así es la vida en un campamento de refugiados rohingyas en Bangladés. La situación es realmente dramática, aunque nada comparable a las tragedias que experimentaron en su país.
Los refugiados denuncian los crímenes del Ejército de Myanmar (Birmania), los acosos y la violencia sexual contra las mujeres. Esta mujer cuenta cómo perdió a su hija de 7 años en Myanmar.
El Gobierno birmano dice que el campo de tránsito en el estado de Rajine, en Myanmar, está listo para recibir de regreso a los refugiados rohingyas. No obstante, los migrantes se niegan a regresar a Myanmar sin garantías de seguridad y ciudadanía.
Desde 2017, cuando se desencadenó la ola de violencia contra la minoría rohingya en Myanmar, miles de personas han perdido la vida y más de cientos de miles han huido hacia los países vecinos, como Bangladés. La represión de los rohingyas ha sido condenada por varios países y organizaciones de derechos humanos.
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