Barak ha reconocido este domingo que Israel está flaqueando en Gaza y que carece tanto de una estrategia como de un plan de acción claro.
Tras aseverar que no hay ningún beneficio en permanecer en Gaza durante varios años, ha enfatizado que el actual primer ministro, Benjamín Netanyahu, es un “jugador loco” que pone en peligro las vidas de los cautivos israelíes.
El político israelí ha criticado también la decisión de Netanyahu de mantener una presencia militar en el estratégico Corredor Filadelfia, la zona fronteriza fortificada entre Gaza y Egipto, diciendo que su insistencia en permanecer allí es un intento inútil que no tiene nada que ver con la realidad sobre el terreno.
Netanyahu insiste en que las tropas israelíes deben permanecer en dicha zona para impedir el supuesto contrabando de armas hacia Gaza, una afirmación rechazada por los países árabes que lo han considerado como una justificación planteada por el régimen usurpador para sus políticas agresivas y provocadoras.
Los comentarios de Barak salen unos días después de que el general retirado israelí Yitzhak Brik afirmara a principios de esta semana que a su juicio, la devastadora campaña militar de genocidio en Gaza provocaría el colapso del régimen.
Brik señaló que 11 meses después del inicio de la guerra en Gaza, las fuerzas israelíes se han debilitado, y aseguró que, si Israel continúa “luchando en Gaza atacando una y otra vez los mismos objetivos, no sólo no haremos que HAMAS se derrumbe, sino que nos derrumbaremos nosotros mismos”.
Netanyahu ha amenazado repetidamente con que el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) debe ser destruido antes de que Israel acepte poner fin a su guerra en Gaza.
El martes, un medio de comunicación israelí escribió que HAMAS ha “reconstruido sus capacidades” en el norte de la Franja de Gaza y ha reclutado a 3000 nuevos combatientes.
Los observadores opinan que el resurgimiento de los combatientes de la Resistencia en las zonas tomadas por las fuerzas israelíes durante 11 meses de la guerra de casi 11 meses demuestra las dificultades que enfrenta Netanyahu para alcanzar su objetivo de “aplastar” a HAMAS.
Esto mientras se enfrenta a protestas masivas en los territorios ocupados para conseguir un acuerdo de tregua a cambio de presos la Resistencia palestina.
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