“Lo que vemos en Gaza es una pesadilla que es mucho más que una crisis humanitaria. Esta es una crisis de la humanidad y la situación va más allá del desastre”, subrayó el viernes el representante de la ayuda del Fondo de Población de Naciones Unidas (FPNU) para Palestina, Dominic Allen, en una sesión informativa virtual sobre su último viaje a la Gaza.
El enviado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estimó que los médicos allí están viendo casi el doble de la cantidad de casos complicados de nacimientos, más bebés nacidos muertos y más muertes neonatales.
“Los médicos dicen que ya no ven bebés de tamaño normal” y que ven más “bebés nacidos muertos”, lamentó, describiendo a mujeres embarazadas “agotadas por el miedo, por haber sido desplazadas varias veces, por el hambre” y la deshidratación, manifestó alarmado Allen.
Tras enfatizar que, además de la violencia sobre el terreno, la desinformación y la narrativa también plantean un problema importante, continuó describiendo la terrible situación, especialmente en el norte de Gaza, donde la gente libra una batalla diaria por la supervivencia.
“Después de haber abandonado Gaza esta semana, puedo asegurarles que es peor de lo que puedo describir o de lo que las imágenes pueden mostrar o imaginar”, declaró Allen.
Según el Ministerio de Salud palestino, los bombardeos y ataques terrestres del régimen sionista en la Franja de Gaza, iniciados en octubre, dejaron al menos 31 490 muertos y 73 439 heridos.
La ONU y sus diversas agencias, las organizaciones de derechos humanos, la Unión Europea (UE) y muchos líderes mundiales critican a Israel por utilizar el hambre como arma de guerra contra los civiles palestinos en Gaza, pero estas denuncias hasta ahora no han logrado detener la máquina asesina israelí que se mantiene por el apoyo de Washington.
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