Unos 1300 uniformados y veteranos de las fuerzas del ejército de ocupación del régimen de Tel Aviv fustigaron, en una carta con tono duro, al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y a su ministro de asuntos militares, Yoav Gallant, por conducir a Israel hacia una “dictadura”, al seguir adelante con su controvertida reforma judicial, según informó el lunes el canal 13 israelí.
Insistieron en que el gabinete ultraderechista de Netanyahu “carece de legitimidad para enviar a nuestros soldados a la muerte”.
La impopular normativa, considerada por los críticos como un golpe al sistema judicial, ha llevado a los israelíes a la calle por 30 semanas consecutivas. La iniciativa ha socavado la seguridad del régimen debido al rechazo de cientos de reservistas en unidades de élite de las fuerzas especiales a ponerse de nuevo el uniforme militar.
En esta línea, más de 830 miembros del personal de la fuerza aérea de Israel, incluidos 260 pilotos, anunciaron recientemente que ya no se presentarían al servicio de reserva voluntaria, lo que ha aumentado la preocupación de las autoridades, pues el 70 % de la fuerza aérea israelí depende de las fuerzas de reserva.
Mossad también, a la deriva
Al paro general se han sumado también exagentes del servicio de espionaje israelí (el Mossad) y muchos de ellos han suspendido la asistencia de asesoramiento que brindaban a la agencia de espionaje israelí después de retirarse, según ha informado este martes la noticiera británica Reuters, citando a dos exoficiales del Mossad.
Las preocupaciones sobre el futuro del régimen, con el gabinete extremista de Netanyahu sentado al timón, han aumentado en el Mossad y algunos dentro de la agencia altamente secreta están considerando la jubilación anticipada, según mensajes de chat vistos por Reuters.
Muchos exespías del Mossad consideran que no vale la pena arriesgar su vida para un sistema corrupto que dirige Netanyahu. “Cuando estás en una operación, debes creer en el sistema”, ha dicho Gil, un veterano del Mossad a Reuters, y subrayado que no vale la pena jugarse la vida por el actual gabinete.
La reforma ha provocado una fuerte polarización entre los israelíes y ha puesto al desnudo las profundas divisiones internas que aceleran el colapso del régimen.
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